miércoles, 30 de octubre de 2013

GIVE ME LOVE


Algunos días se conectan con tu ser y amanece mas gris.

Por la mañana desapareció, le dio unos sorbos al café y sentí como salía de mi vida. Lo sentí.

Se dijo mientras observaba su rostro en ese espejo pomposo con marco de bronce q tanto odió de pequeña y ahora estaba ahí, en su propia casa. Las relaciones fallan y ya casi amaba las despedidas esos primeros instantes de soledad que pronto, prontito se vuelven eternidad. Será un día frío y será así por algún tiempo, al menos hasta que termine la resaca del amor, esa sensación de nauseas y los nudos de garganta que acompañan al corazón roto.

Necesito un vodka.
Y vas entrando nuevamente al infierno, justo ahí empiezas a repasar una y otra vez cada instante, volviendo a vivir esa tarde que lo conoció con sonrisas infinitas, los primeros besos y todas esas cosas perfectas que luego simplemente olvidas. Ríes, lloras, gritas, insultas, llamas, cuelgas. Estás ebria.

Cigarrillos, fiestas y otras drogas.
Las uñas negras, el piso mojado y tú arrastrándote otra vez entre la multitud, la fiesta en la cumbre va matándote un poquito más,  mientras vas haciendo un resumen de los sapos que besaste hoy. Tienes que huir, pero las escaleras parecen infinitas para llegar a tierra otra vez, quién sabe la hora que transcurre en este lado del mundo, el camino a casa será incierto.

Casa.
 Un lindo día feo, como esos en los que te quedabas en casa, a salvo, parece que hoy amaneció con una buena canción. Con la soledad te vas dando cuenta que la cama es más cómoda, ahora tu cuerpo le calza a tu ropa, tu piel se vuelve más tersa y vuelves a soñar.
Sales internándote en la gran ciudad, con una ternura única como si llevases contigo la primavera, te pierdes en el horizonte ignorando que a unas cuadras, en un departamento muy parecido al tuyo, te espera desde hace mucho lo que tanto añoran tus sueños.
Abre los ojos.