lunes, 1 de noviembre de 2010

Quién diríA...

Sin pensarlo (aquí casi todo es sin pensar) tomé mis maletas con las prendas que la rodeaban, sin escoger, desconcertada, ropas limpias y sucias ingresaron para acompañarme en mi travesía.

Llegué al aeropuerto sola, el tiempo pasaba, creo que estuve sentada por días ahí. Me decidí sin planes de por medio, pedí un pasaje sin regreso a algún lugar del país, el que salga ya por favor! insistí.
Corrí para abordarlo, creo que huía de algo, frente a mi pasó la mirada mas fuerte, atiné a sonreír, él murmuro algo. Para mi suerte se encontraba en mi vuelo, me acompañó rumbo a mi nueva vida.
-¿Vienes sola?- preguntó
-si!- respondí despreocupada
-¿Dejarías que te acompañe?-
-Si quieres- le dije con una sonrisa bien puesta.

Y así fue, salimos de Lima y me acompañó el resto de mis días.

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