viernes, 8 de noviembre de 2013

Drogas.

Estaba tan, tan adolorida que sobre la camilla sólo concluí: es mi fin.
Y no hice tantas cosas...
No volé en parapente.
No rete a nadie a duelo.
No me puse mi traje de novia.
No viajé a Grecia.
No limpié mi cuarto.
No use mi espada.
No conduje mi auto.

Es increíble como cosas tan simples, ahora son inalcanzables. La vida se escurre por el costado, justo por donde mi brazo es pinchado, el medicamento recorre mis venas y quema, a su vez me regala calma y el cerebro se adormece. Tengo los ojos entre abiertos y logro verme volando en parapente
me veo abofeteando con mi guante a alguien,
me veo vistiendo mi traje de novia xq me casare con el greco que reté a duelo,
me veo sacando mi espada para amenazar al greco por haber llegado tarde,
me veo conduciendo a toda velocidad para huir del greco
y definitivamente no, no limpiaré mi cuarto.

El doctor me contempla con pena y me dice con resignación:
Todos los meses lo mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario