viernes, 1 de junio de 2012

Anoche... anoche, anoche.

Anoche... anoche, anoche.
Jueves estuvo tan frio, que por poco me quedo en casa. La tarde fue tan acogedora que ganas no me faltaron para quedarme en cama, pero no fue así.
Te volvería a ver y esa era la noche, alguna vez en el pasado ni lo hubiera pensado. Parece que la vida es más complicada que yo cuando me intento explicar. En fin, estabas ahí y por alguna razón siento que ahora es mejor, lo cual podría ser obvio, pero me refiero más a la conexión que podríamos tener.
Si alguna vez en el pasado estuviste, no ocupaste el lugar que debias tener, no dejé que lo ocuparas.
Siento que anoche te vi por primera vez, lo mejor es que nadie te presentó. Creo que anoche estuvimos como mil horas, lo curioso es que no se hizo tarde.
Es difícil encontrar en Lima un lugar donde respirar, es pedir mucho. Sin embargo, luego de recorrer tres veces el mismo camino lo encontramos. Nunca eh visto que alguien se queje y demore tanto, digo taaaanto, para armar un porro. Igual la espera no fue aburrida. Luego, 5 hora después, por fin.
Me embriagué de risa, nunca reí tanto y jamás te conocí asi. Parece que anoche te vi por primera vez y por alguna razón captaste mi atención.
Me costó un mundo despedirme sin nada más que un beso en la mejilla. Es que no puedo acercarme ahora que me muero de ganas, no ahora que te encontré encantador y cumpliendo (tal vez sin querer) mis mayores exigencias y lastimosamente también los defectos que más temo.
Sería ideal saber que siento y no equivocarme, sería mejor confirmar que no eres malo, sería idóneo no temer tanto.
Estaría mejor saber que no te volveras pesadilla.

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