lunes, 26 de septiembre de 2011

Niños


La noche crea las experiencias que nunca te animaste a probar, juntando así nuevos sabores en el paladar.

Eramos 4 chicas, sin alcohol. En realidad buscando de donde beber, quién sea será una buena copa, pensábamos.
De pronto nos vimos rodeadas de chicos que difícilmente tenían 18, caras jóvenes con miradas vivas, inquietas, tratando de ser lo mas maduros posibles, para estar así a la altura del cuarteto de mas de 22.
Esa noche la música no me gustó, los niños no eran los más bonitos, pero verlos actuar para encajar era gracioso. Avanzadas las horas empezamos a jugar, el castigo! que más bien era un regalo, fue un beso. Bastó uno para tenerlo a mi lado. De forma inmediata una de sus manos se acomodó en mi cintura y la otra acariciaba mi mejilla, sus ojos estaban centrados en mí, mientras cada 10 segundos, unos dulces besos saltaban en mi rostro.
Y así la noche culminó como espuma en el fondo de un vaso, me las arreglé para que no me vuelva a encontrar, ahora duerme en el recuerdo de mis noches bohemias...
Más aya de ello caigo en cuenta que hace mucho tiempo no me sentía tan bien. Hace mucho que mi novio olvidó quererme igual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario